Páginas

jueves, 20 de julio de 2017

Risa, sonrisa.

"Hace mucho tiempo que no me río de verdad. 

Hay personas que se ríen constantemente, 

que tienen ese sonido continuamente en la boca, 

ese absurdo “ja-já”. 

Me temo que soy una de esas personas. 

Quien no me conoce demasiado cree que soy alguien alegre, 

y lo creen porque tengo esa vacía carcajada como coletilla a cada una de mis frases. 

No quiere decir que estén equivocados, 

que yo no sea una persona feliz, 

por supuesto que lo soy, 

pero desde luego mi felicidad no tiene nada que ver con ese milisegundo en el que el aire se convierte

 en melodía.

Me resulta difícil hablar de la risa porque por lo general la relaciono con un momento absurdo, 

con un punto de humor a consecuencia de que algo que no puede ser, 

de pronto es, 

y eso me hace gracia. 

Y dicho así suena a que aquí todos somos una panda de bobalicones que se ríen de imaginar a una 

cigüeña buceando. 

Pero por eso mismo, 

porque me gustaría demostrar que la risa es un tema más “serio” de lo que 

aparenta, 

voy a intentarlo.

Cuando digo que hace mucho tiempo que no me río de verdad, 

me refiero a que hace mucho que no me quedo sin respiración. 

Ayer estuve con un amigo que no puede mantener una conversación de más de diez minutos sin decir

 algo completamente absurdo, 

y en el fondo sé que lo hace porque le produce una satisfacción tremenda el ver a su interlocutor 

muerto de risa mientras él mantiene la compostura como si lo que acaba de decir fuera absolutamente

 normal (imagino que le hace feliz). 

Y es que, 

en el fondo, 

eso es la risa para mí.

Cuando eres un crío y tu padre representa con sus dedos las patitas de un ser diminuto que se acerca

 a ti para matarte a cosquillas, 

antes de que eso ocurra, 

tú ya estás en el suelo hasta arriba de carcajadas, 

por lo absurdo que resulta que eso pueda suceder. 

Y es que el “no ser” es gracioso, 

sobre todo cuando se le atribuye el ser sin ninguna razón.

Por eso Alicia en el País de las Maravillas es la mejor dosis de felicidad en forma de risa. 

El mundo del “no ser” se presenta al espectador con un puñado de personajes y colores que hacen 

olvidar a cualquiera que este mundo tenga pies y cabeza, 

y a mí –de vez en cuando- me viene de lujo

 olvidarme de que existe un principio de no contradicción."


Oda a Agosto en Julio.

Buenos días, agosto.

¿Cómo has dormido? Pensé que no llegarías jamás. 

Y aquí estamos, otra vez los dos. 

Sabes… cada vez que nos encontramos después de tanto sin vernos me invaden un sin fin de 

recuerdos y me transporto en el tiempo, 

allá cuando aún no tenías esas jóvenes arrugas, 

allá cuando aprendías a nadar en las aguas del Mediterráneo, 

allá cuando empezabas a amar, 

y por un segundo se me olvida que estás aquí, 

con esas patillas tan modernas y ya canosas, 

mirándome y esperando ese abrazo de reencuentro. 

¿Dónde quieres ir? A veces pienso que te aburres de este sol, 

de esas tormentas tan predecibles de los últimos días, 

me pregunto si no te gustaría ser septiembre, 

pero en seguida me digo a mí misma lo equivocada que estoy. 

Quién sería septiembre pudiendo ser agosto.

Iremos a pasear solos, 

como siempre, 

porque estoy cansada de julio y esas aglomeraciones de gente que no conozco y que jamás 

conoceré, 

de junio y ese olor a pólvora. 

Quiero estar sola, 

sola contigo. 

Solo te pido que no te marches pronto, agosto. 

Que te quedes un poco más, 

que le digas a septiembre que siga durmiendo, 

que todavía no le esperamos.

miércoles, 19 de julio de 2017

Y mañana puede ...

Imagínate , 

imagínate por un segundo.

Por una milésima de segundo que te dicen que te mueres. 

¿Que harías?

Y ..

Es que estoy convencida de que la vida la verías con otros ojos, 

si, 

lo se,

te preocuparias mucho menos por lo poco trascendental del día a día,

las cosas que ahora mismo ves como montañas, 

inalcanzables, 

Inamovibles, 

Intocables...

Se harían mero pólvora y arena de playa.

Se,

que harías lo imposible por ver a toda la gente que quieres.

Por dejar los cabos de tu vida bien atados, quedando, hablando, perdonando, arruinando tu orgullo por lo que un día te importo.

Por lo que a día de hoy,

te importa.

Eso está bien.

Sé también, 

que reirías,

reirías hasta que te dolieran esos músculos que no sabías ni que tenias.

Y, ¡que agujetas más buenas!

no las del gimnasio, que también.

Harías esas cosas que nunca haces, ese deporte que siempre has querido probar, tocarías ese instrumento que siempre has querido, irías a todos los conciertos de música estridente y de música que ensancha tu alma, viajarías a ese lugar que visitaste en tus sueños, te lanzarías a ese proyecto que siempre has querido hacer, comerías eso que nunca te han dejado probar ...

Besarías, leerías, estudiarías, cantarías ... realizarías mil verbos que jamás se te habrían pasado por la cabeza hacer, y que ahora por circunstancias de que el tiempo del reloj de arena se acaba. 

Harías.

Andarias feliz porque esa mañana te habrias levantado preparado para comerte el puto jodido mundo. 

Y te lo comerías hasta que las inspiraciones y espiraciones acabarán. 

No dejarías nada para mañana, porque lo harías todo hoy.

Y si, serias feliz.

Sonreirías a la vida y ella te sonreiría a ti.

Porque día tras día, harías lo que más te gusta, 

pasarías de modas, de lo que se lleva ahora,

serías tu, con tus prejuicios, tus valores y tus principios.

Lucharías por dejar un mundo mejor, para la gente que amas.

Lucharías por dejar huella, por ser tu, por ser mejor 

Y sobre todo amarías, y serias igual de amado.

¿Pues sabéis que os digo?

Tengo dos noticias, 

y como dice papa, las buenas para el final, que dejan un toque agridulce a lo amargo de la vida.

Lo malo es que, nadie es inmortal (gracias a Dios)

Lo bueno es que, no tienes aún la fecha de caducidad, 

Y que todo los días morimos un poco, inhibiéndonos sin hacer o decir lo que realmente nos hace meramente felices, o de estar con quien realmente queremos.

No dejes que este minuto de lectura pase fugaz por tu vida,

Cambia, deja huella, vive, se feliz y sobre todo haz feliz y ama. 

Se tú mismo, eres único.

Mañana puede que estés muerto 


miércoles, 5 de julio de 2017

Infinito.

No me he dado ni cuenta de lo que amaba, 
hasta que lo perdí.
Ahora me siento sola, 
vacía,
sin ansias por nada,
sin saber si este sentimiento tan austero,
algun día se irá,
como se fue mi amor,
mi único y verdadero amor.
Me pongo tu canción en bucle,
quiero oírla mil y dosmil veces y recordar la carita que ponías, 
la mirada con la que me describías el mismo gusto que tengo por la música.
Tú sitio en mi casa,
En mi cama,
En mi familia. 
En mi cabeza, 
En mi razón,
En mi corazón ...
Me duele creer que hoy en día nadie piense que ese amor existe.
Me duele pensar que nadie piense que este dolor se irá.
Es ...
raro,
indescriptible,
destroza la vida entera,
bajadas,
subidas,
puro fuego magnético que hace que quiera repetir verle.
Te necesito,
te necesito,
y no hay vuelta de hoja.
Ya no.
Tú ya no volverás,
y yo, 
yo no me siento,
es como si me hubieran arrancado el corazón,
y lo hubieran hecho pedazos en mi pura cara.
Lo siento.
Perdóname.
Ahora te aprecio más que nunca,
ahora te pienso más que siempre,
ahora te echo mas de menos que a mi propia existencia. 
Eres mi para siempre.
Mi fortuita suerte,
mi trébol de cuatro hojas,
mi único y verdadero amor.
Mi magia.
Mi compañero.
Mi vida entera...
He aprendido la palabra amar, por ti.
Se lo que significa amar,
y que sea correspondido.
Y te doy las gracias.
Gracias porque se que siempre estarás en mi.
Porque mi corazón te lo llevaste contigo.
Y porque este amor jamás se igualará ni se comparará con ningún otro.
Te ame.
Te amo.
Te amare.
Para siempre.
Para el infinito.
Para la eternidad.
Inaeternum 


                                                                      'O sole mio ...
                                                   Con te partirò, 
                                       Io con te ... 


martes, 4 de julio de 2017

Etiquétame

Están por todas partes. 

¿Lo veis?

Las etiquetas.

Lo etiquetamos todo, 

hasta lo que no es etiquetable

Lo inetiquetable, ahora se etiqueta.

"O es blanco, o es negro e incluso es escala de grises, 

¿todo lo demás?, 

no existe"

Etiquetas, 

fieles compañeras de la inseguridad. 

Enfermedad enfermiza, 

necesidad compulsiva de etiquetar la realidad en diferentes ámbitos. 

No sé, 

quizá es porque nos aterra que algo se salga de nuestro control, 

que algo sea tan grande, 

tan monstruosamente hermoso que nos rompa cada uno de los esquemas que con tanto ahínco hemos construido.

El colegio, 

la universidad, 

el trabajo, 

el éxito, 

la muerte. 

Siempre en ese orden. 

Pero entonces, 

y solo en contadas y excepcionales ocasiones, 

ocurre un algo que se sale de esa maravillosa continuidad de acontecimientos planificados. 

Y nosotros, 

¿qué hacemos? 

Claro que sí, 

tratamos de nuevo, 

de buscar una etiqueta, 

la que sea, 

en la que podamos incrustar eso que no entendemos.

Ojalá nunca seáis demasiado viejos para hacer nada. 

 Y por demasiado viejos, entendedme, no hablo de edad. 

Ojalá seáis siempre demasiado jóvenes, 

demasiado entusiastas, 

demasiado emprendedores para cumplir cada meta y cada ilusión que se os cruce por la mente.

Antes de que nos volvamos locos, 

dejadme puntualizar un par de cosas. 

Hay que diferenciar entre sentido común y etiquetas. 

El sentido común es el que te dice que sin madurez emocional no puede haber una relación sentimental viable. 

El sentido común es el que te indica que la educación es un pilar fundamental en tu vida, 

y que de ahí en adelante puedes ser ingeniera, 

jardinera o ama de casa, 

si es lo que te va a hacer feliz a ti y a los que te rodean.

Las etiquetas, 

sin embargo, 

son las que te recriminan que no puedes volver a estudiar una carrera universitaria. 

Las que te aseguran que no intentes ese sueño, 

que es demasiado arriesgado. 

Las etiquetas son las que te dicen que con 23 años eres demasiado joven, 

y con 65, 

demasiado viejo. 

Las etiquetas son las que pegan artificialmente adjetivos a nombres, como si estos hubieran sido siempre compuestos.

Nunca dejéis de ser quienes queréis ser.

Jamás permitáis que alguien os diga que no podéis hacer algo, 

solo porque ellos no lo puedan hacer. 

No acabéis con sueños por ser demasiado arriesgados, 

demasiado ambiciosos, 

demasiado difíciles. 

Dejad que os aconsejen, 

sed humildes,

siempre, 

y con sentido común, 

no dejéis jamás de ser demasiado jóvenes para vivir,

intensamente.

 

Ser.

No hace falta pintar un precioso paisaje de la Toscana, 

escribir una canción,

un libro, 

plantar un famoso árbol,

e incluso tener muchos hijos,

o esculpir algo capaz de amenazar a la verdad. 

No.

Tan solo,

basta con ser, 

con estar. 

Basta con dejar huella.

Dejar tu firma en la incrédula humanidad. 

Tú, enamorado de la verdad,

como  todo buen artista. 

Tomas los colores y te adueñas de su luz para... 

dar algo asi, que si bien no pretendes, 

es eclipsar. 

Ofreciendo espejos en el que contemplar la hermosura, 

y al fin, poder llegar a amarse, 

uno, a si mismo.

Porque la verdad siempre ama a la verdad, 

y no hay amor más puro. 

Tal vez, 

solo buscaba su reflejo, 

quizá para atesorarlo, 

porque ansiaba con todo su corazón tenerla. 

Pero jamás la consiguió, 

porque la verdad no pertenece a nadie.

Porque pretendiste buscarla, 

en el dobladillo de sus pantalones, 

en los extremos de su boca, 

en el contraste gris de su mirada con el azabache de la pupila, 

trepando espaldas morenas, 

y con palidez bien parecida a la asiática.

la buscaste mientras besabas esos labios carmín,

tocando esas manos de porcelana. 

incluso en su risa que hacía tanto, 

no escuchaba.


lunes, 3 de julio de 2017

Y si.

Que pena.
Pena, sentirte.
Equivoco, 
sin motivación, 
vacío...
Imagínate que tomas decisiones.
Malas decisiones.
Equivocadas y sobre todo,
mal aprovechadas.
Imagínate que la vida,
no te da oportunidades,
o que te las quita.
Te las arrebata.
Que miedo.
Vaya miedo el sentirse así.
Extraño.
Sin saber a dónde ir.
Como un barco sin rumbo.
¿Y si esto no es?
¿Y si la suerte me ha abandonado? 
¿Y si no es para mí?
¿Y si esto no va a ser?
¿Y porque a unos si y a otros no?
¿Y si he perdido?
O más bien ¿me he perdido?
Y si necesitas, reencontrarte?
Motivarte.
Quererte.
Sentir otra vez, la sed de la vida.
Y bebértela.
Como se beben los zumos, los cócteles y las copas de los árboles.
¿Y si te dejas de preguntar. Afirmar. Menospreciar y compadecerte de ti mismo?
¿Y si dejas de creer en la suerte, y empiezas a creer en ti mismo?
¿Y si, dejas que te ayuden a querer lo que quieres?
¿Y si no es una pena?
¿y si más que la pena merece la alegría?
¿Y si respiras, confías, y te dejas llevar ....?
Y si ...
tú no te das cuenta porque está ocupada leyendo señales equivocadas de la vida, creyendo que todo va a por ti....?



Vasos.

Hace mucho que no paro por aquí.
Y jure, 
y perjure, 
que tan solo en pequeñas inflexiones de la vida,
sería cuando escribiría.
Pero aquí estoy.
Vacía.
Por dentro y por fuera.
Vacía por fuera en el sentido de la palabra,
de que el color tostado de todos los veranos, 
aún no está.
Vacía por dentro en el sentido estricto de la palabra.
De vacío.
Vacío.
Vacío.
Vacía.
Vacía como cuando el vaso está lleno y de repente se cae al suelo.
No se rompe, pero el sabroso zumo de naranja se desparrama, 
y el suelo a la vez queda pegajoso y sucio,
y el vaso a su vez vacío y solo.
Pues así.
Así estoy yo.
Con un zumo que bien podría ser sangre, 
desparramado por todo el suelo.
Que tengo.
Que quiero.
Que obtengo.
Que deseo.
Que detesto.
Que me quedo quieta. 
Quieta pensando que no hay más quehaceres que el de llenarse por completo.
Que me quedo quieta.
Perpleja.
Fascinada.
Por como hay días que no te apetece levantarte de la cama.
Vaya por dios!
Levantarnos de nuestro templo ....
Pedirle a Zeus que salga del Olimpo.
Y si, salió.
Como al final sales tu.
Te levantas.
Te quedas mirándote los pies.
El piano.
Las fotos.
Los apuntes.
El pasaporte.
La agenda abierta con mil planes que -re-hacer y doscientos mil por ejecutar.
Y bueno, 
el café de hoy sabe un poquito más a esperanza que el de ayer.
Y bueno,
la tostada no está tan quemada como la de anoche.
Y bueno,
esa foto enmarcada en tu corazón ya no hace tanto daño como hace 5 minutos.
Y bueno,
las notas se están quedando solo en notas, objetivos, presuposiciones...
Y bueno,
ya no crees en segundas oportunidades.
Y bueno,
ya parece que poco a poco vuelves a creer en ti.
Y bueno,
Un mal día, lo tiene cualquiera.
O eso dicen,
y también dicen)
-y un mal mes-
-y un mal curso-
-y un mal año-
Pero nunca, nunca oirás a alguien que tenga o haya tenido una "mala vida"
Que el vacío jamás se irá.
Lo sabes.
Lo tienes presente.
Pero que a veces, 
el zumo de naranja se puede convertir en zumo de limón, o de mandarina.
Y a veces también, 
solo a veces,
la vida te da o te deja que cojas el vaso a tiempo.