Madrileña por nacimiento. Melliza por magia, suerte y destino. Viajera alrededor del mundo por necesidad. Corazón dividido entre, arte de las palabras y la ciencia empírica de la medicina. En continúa evolución y transición, aprendiendo día tras día. Escribo a partir de los puntos de inflexión, de situaciones y de personas.
sábado, 22 de abril de 2017
Sábado.
Sería. Condicional
viernes, 21 de abril de 2017
Reseteando la memoria
miércoles, 19 de abril de 2017
Tóxico
lunes, 17 de abril de 2017
Raíces.
jueves, 13 de abril de 2017
A.
No sabéis.
No tenis ni idea.
Del papel fundamental que ejercen las personas sobre nosotros.
Aún más, en momentos en los que las catecolaminas nos convierten en puro nervio humano, ansioso y represivo por no saber cómo ni que cambia la situación.
Ayer me encontré con una foto de hace tres veranos.
Guau, tres putos jodidos veranos.
Que se dice pronto -o tarde- más bien desde la perspectiva que se vea.
Yo digo pronto,
pronto porque quien no corre vuela.
Como el tiempo.
Pues igual.
A la velocidad de un rayo.
De La Luz.
Del universo entero.
Y ayer le dije a la persona con la que salía en la foto
"Sabes que me encontré una foto tuya y mía en la latina hace casi tres años ya"
Y él me dijo
"En serio? Y hemos cambiado mucho?"
¿Mucho?
Me pregunto que si habíamos cambiado mucho.
Y yo, no pude evitar reírme y decirle con una mueca sarcástica.
"No, no hemos cambiado nada, estamos exactamente igual"
Igual.
Que la palabra más monótona.
Suena como un ... tic-tac-tic-tac.
Como un aburrimiento de tarde de lluvia cuando tenias 6 años y estabas en pleno verano.
Igual.
Él, como siempre, me rebatió en las palabras monótonas.
Y me dijo "igual igual no podemos estar, físicamente si... pero mentalmente no"
Y ahí,
Ahí comenzó otro de nuestros debates de terraceo, malasañeo, latineo, huerteo, sin vinos, ni cerves, ni sol, lleno de camisetas básicas y pantalones fitnnes.
Y ahí, nos dimos cuenta de la cantidad de vivencias, experiencias, malos tragos, lloros desconsolados, vinos sin tomar, palabras sin decir, risas y sonrisas de tardes largas de domingos y sábados ...
De tres años, que habían pasado los cuales físicamente estábamos iguales, pero llevábamos encima a la chepa mil aventuras, amores, desamores, de sueños y deseos rotos, malas experiencias, de casi rozar los sueños con la punta de los dedos, de consejos, vivencias, caminos recorridos de nuestra vida, equivocaciones, y sobre todo madurez.
Y si, hemos madurado, hemos crecido y nos hemos visto madurar y crecer,
Nos hemos visto de bajón y enamorados si puede ser aún más de nuestra vida.
Gracias amigo.
Gracias por ver ayer la maravilla que no veía,
"Veo que has madurado, hasta yo mismo me he sorprendido de la actitud que has tenido y de lo comprensiva, empatíca y condescendiente que has estado en la situación"
gracias por estar,
ser,
merecer,
y confiar.
Que a las personas que te curan, hay que cuidarlas.