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sábado, 31 de octubre de 2015

Algo así.

No hay nada peor.
Y más peligroso que enamorarse.
Pero, no enamorarse de cualquiera, no.
Enamorarse de ese chico.
De ese que te entrega todo.
O al menos lo intenta.
Que te cambia el materialismos por el dualismo sin que te des cuenta.
Que se preocupa por ti.
Que te lleva a casa.
Que te habla, te mima, te quiere.
Que puede ser un poco pervertido, y soltarte alguna sonrisa pícara de vez en cuando.
Cuando hay gente, sobre todo...
Y tú, como una niña pequeña. Sonríes.
Le sonríes, sin que nadie más se dé cuenta. 
Uno de esos chicos que no creen en el amor... O al menos eso parece ser.
Pero que cada vez que estás con el, hace vivir una nueva historia.
El que convierte tu alma en inmortal.
Que es tu amigo, compañero, maestro, amante y tú amor.
Aquel que no tiene miedo de abrirse a ti.
Contarte su pasado, y su inesperado futuro.
Que se siente libre y feliz contigo.
Que te muestra que puede ser un capullo.
Pero como dice pereza.
"Fuiste un putón, pero -para siempre- serás my love"
Y es que también es frágil, es de cristal.
Y es que, queridos amigos.
De un tío así, no te libras nunca.
Y nunca me quiero librar de ti.

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