He probado con todo,
Órfidales, dormidina, matarme hacer deporte antes de dormir ...
Hasta mi mejor amiga me ha traído de Oxford un increíble té "mágico" o eso dice ella, lo probé peoro no funcionó, aún así a ella la he dicho que si, que funciona.
Que ya duermo bien.
Pero el otro día, me pasó algo mágico, algo especial que se repite cada fin de semana.
Y es estar a su lado, es ese mismo momento en el que me despierto a su lado, miro el reloj y veo que gracias a su respiración, a ese ritmo imperceptible casi mágico, consigo dormir.
Me desperté y lo primero que vi fue su cara, cerquita de la mía, apenas a un beso sus labios de los míos.
Los ojos que tan bien conozco y me hechizan, bien cerrados y el,
acurrucado con su almohada como un bebe.
En ese momento me siento dichosa, no sólo por el hecho de que por fin he conseguido dormir, si no ir tenerlo al lado.
Y entonces pienso que si me dieran a elegir toda la vida de insomnio por salir de fiesta, por eventos, por estar con alguien más, ...
o levantarme a su lado,
así,
controlando su respiración,
me quedo con lo segundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario