Páginas

martes, 1 de marzo de 2016

29 de febrero

El 29 de febrero es una fecha especial...
Recuerdo como al entrar a darle los buenos días a mis pacientes se lo recordaba 
"Hoy es 29 de febrero, un día especial... La vida nos regala otro día más!" 
mientras les ponía la medicación y les tomaba las dos mil constantes vitales les miraba, 
y veía una sonrisa esperanzadora de querer poder volver a vivir otro 29 y a la vez un miedo en los ojos de saber que ese era el último que vivirían.
Y en efecto, lo sé.
A mí esto, me está cambiando.
Me está cambiando tanto el modo de ver mi vida, como el modo de vivirla.
Me está tocando el corazón. Mucho más que la cabeza ... 
Y eso a veces duele más.
Me toco el corazón sobre todo al ver que mientras yo paso paciente a paciente, ellos siempre están acompañados, por una persona especial, por alguien que siempre está ... 
Y yo me muero de amor, al ver jurar pactos en un hospital de oncología, de prometer amor eterno, un curar y cuidar aunque sea lo último que se pueda hacer por alguien, es un saber que podrías morir por una persona, que morirías por una persona, sabiendo que la cual no te dejaría morir por nada en el mundo.

Y encima, justo ayer hable con mi mejor amiga de eso 
"Me tiro o no me tiro?"
"Tírate mi amor. Tírate a la piscina de cabeza y con los ojos cerrados, recuerda que la locura es un placer que tan solo las locas conocemos"
Y aquí entra mi dilema.
Mi dilema, lleno de estratagemas. Unas malditas estratagemas que irrumpen siempre en la cabeza.
Que si no me contesta, que si no me habla, que si no me llama. ..
¡Y se nos va la energía!
Intentamos esconder tanto lo que sentimos y dejamos de sentir, que hasta parecemos robots.
Todo por aparentar indiferencia frente a alguien el cual nos vuelve locos.
Quedamos con alguien, lo pasamos genial, nos reímos, comemos, bebemos, todo fluye, todo se conecta, puede que haya sexo, sexo bueno, muy bueno ...
Pero, (ay mi amigo el pero) cuando volvemos a casa, nos hacemos los indeferentes, como si .. Emms no nos hubiese aportado nada, importado lo más mínimo.
Y es que creo, y reafirmó que nos da miedo. 
¡Nos da terror! ¡PÁNICO! 
Pensar que la otra persona no haya sentido lo mismo, que no lo sienta.
Y que al ponerle nuestros sentimientos (corazon) en bandeja... Nos lo aplaste.
Como un niño aplasta una hormiguita en el parque, igual.
Y es que. Creo que en definitiva no queremos parecer vulnerables frente a alguien que nos podría destruir en cualquier momento.
Nos da pavor que nos rechacen, que nos digan eso de "es que te quiero, pero como amigo", nos da temor a quedar en ridículo, que se nos encienda la bombilla de tanto pensar en ese bucle machacador de autoestima "claro, es que vamos a ver cómo le voy a gustar si ..."  Decimos mientras miramos al espejo con cara de circunstancia.
Y es que creo que, qué pasaría si te quisieras más? 
Porque el hecho de no gustar a alguien, no implica que no te gustes tu.
Y no, no hablo de ser Narcisista, (ni Narciso Rodríguez) hablo de presentar sentimientos en bandeja, y aceptar recibir negativas con sonrisas y gracias por la sinceridad bienvenida.
Que el juego de "buah, que me da igual" "pues anda que tú a mí" ese juego de esconderte para que no te hagan daño, de herir al otro para que no te hieran a ti.
Y es que yo sinceramente pienso que si alguien nos gusta, debemos decírselo.
Pero así, sin pelillos en la lengua.
"Me lo he pasado genial contigo, me gustas, quiero volver a verte" 
Y creedme, creedme si os digo que aunque tú a esa persona no le gustes, será considerado hasta para darte la respuesta más acertada para no hacerte daño.
Y claro, que todos hemos experimentado ese dejar de prestar atención a alguien que nos encanta, solo para que venga más hacia nosotros.
Es humano, y nosotros somos humanos.
Y como buenos humanos hemos convertido en religión la frase de "no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos"
Que verdad más grande. 
Aunque me gusta aclarar a mi siempre que me dicen esa frase que ...
"En realidad siempre lo supimos, pero jamás creíamos que lo íbamos a perder"
Ay. Señor!
Si todos viéramos lo que yo veo en el hospital, creedme que nos encantaría madurar emocionalmente y apreciar cómo realmente se merece a la gente que nos quiere y tenemos alrededor.
Y puede que tal vez. 
La próxima vez que se nos haga un nudo en el estomago estando delante de cierta persona, en vez de esforzar por disimular ese dolor estomacal, ese temblor en las manos y voz, esa boca reseca y ese tartamudeo estupido, puede que nos lancemos a la piscina y lo expresemos abiertamente.
Y sobre todo muy independiente de si hay agua o no.
Porque la locura es un placer que tan solo los locos conocemos.
Y pienso que la vida está llena de ahoras, de momentos, de instantes, de personas, de cosas claras, de chocolate espeso, que la vida es tan corta, y que la verdad siempre debe ir por delante para bien o para mal ... 
Que si te gusta díselo, joder, no finjas y lánzate, me gustas si, y que? Déjate de tonterías y dilo, porque callártelo para que?
Hay cosas preciosas en la vida, y correr riesgos que merecen la pena la hacen aún más interesante. Porque arriesgarte por alguien que merece tu alegría, es lo más bonito que jamás vas a hacer en tu vida. 
Y quien lo ha comprobado cómo yo, lo sabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario