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lunes, 19 de febrero de 2018

Stop.

La noche estaba clara,
hacía frío.
El tiempo acompañaba.
Volamos por Madrid,
dando tumbos.
Volátiles.
Cenamos.
 -¿nos emborrachamos?- Dijo.
Anduvimos,
Nos abrazamos,
bebimos,
bailamos,
reímos.
Nos metimos mano en el peor antro de todo tribunal.
Todos miraban.
y ¿Qué?
Pensábamos.
Retrocedimos en el tiempo.
Como quinceañeros locos
por ese primer amor.
Anduvimos,
anduvimos...
No hacía frío.
Era de madrugada.
Noche cerrada
Llegamos a su coche.
Nos besamos -y nos comimos-
y ahogamos el amor
-y cuatro o cinco orgasmos en suspiros-
en la parte trasera de su coche.
Mientras el vaho y la gran ciudad,
gritaban nuestra ausencia.
Nos quedamos dormidos,
desnudos,
 y él me dijo al despertar. . .
"Tenias cara de parecer que no hubiera mejor lugar en el mundo que mis brazos"
Asentí,
sonreí,
y pensé,
pensé que estaba en lo cierto,
y que no lo había.
Pero eso él,
jamás lo sabría.
m

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