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miércoles, 22 de marzo de 2017

Rara vez

Y entonces ocurre.
Sientes un hormigueo que te invade, 
te inunda, 
te llena de una sensación de angustia que te recorre el cuerpo entero.
Es eso.
Es el miedo.
Y si.
Parece de coña.
De puta jodida coña que una persona que no le da miedo recorrerse el mundo entero sola, que no tema a las tormentas, a afrontar chubascos, a levantarse de derrotas ...
Es irónico y es de coña ...que 
Tenga miedo.
Miedo a sentir?
Miedo a ser, a estar.
A perder, a fallar.
Es irónico. 
Llorar por películas Disney, escritos en papel, por historias de desconocidos. 
Que sonría al ver a dos enamorados besarse en la estación del tren, que sonría al ver la cara que pone una madre al ver a su bebé por primer vez, que sonría al ver a ese paciente enfermo salir sano de una operación de vida o muerte ...
Miedo.
Miedo a sentir ?
Pues si, parece ser que si que hay miedo.
Miedo más que a sentir, es miedo a perder, a perder lo que tienes ganado o que quieres ganar.
Pero por experiencia sabemos que cuando hay alguien de por medio, más que miedo a sentir lo insentido hasta ahora, es miedo a perder lo ganado.
Miedo a perder la esencia, la vivencia, la presencia ...
Y entonces te preguntas, compensa?
Compensa intentar algo más con lo que vives que te hace sonreír día a día ?
Y si por el problema de ambicionar, de ser prepotentes, de aparentar ser más, perdemos eso tan sumamente bonito ... quizás ya pasemos de hablar de cobardía, y pasamos a hablar de sentido común. 
Y el problema es que el corazón, ese que late a más de 120 latidos por minuto hora, no entiende de eso.
Y a la razón por ser lo que es, rara vez le prestamos atención...

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