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martes, 7 de junio de 2016

Te quiero.

"Lo digo, lo escribo, lo grito, lo siento. 
¿Porqué éste tabú para tal sentimiento? 
¿No es bonito que te digan "Te Quiero"?
Sólo cuando te dicen adiós en el aeropuerto, cuando hace mucho tiempo que no te ven, cuando hay un enfado por medio o cuando necesitan tu aliento. 
Sólo ahí te dicen te quiero. 
Y p¿orque no hoy? 
¡Hoy también se puede decir te quiero! 
Ojo, hay querer poco a poco, 
a fuego lento, 
tampoco es algo que se dice a la ligera, 
las palabras también tienen su precio, 
pero si lo sientes de verás, 
porque no decirlo, 
venga, 
aquí va un te quiero. 
Un te quiero por ser un gruñón que me pone de los nervios, 
un te quiero porque fuiste un momento, 
de esos de los que escribe la vida, 
sin quererlo, en prosa, poesía y en verso, 
un te quiero con tus errores, 
también con tus aciertos, 
un te quiero porque hay que decirlo, 
porque tienes que saberlo, 
un te quiero porque despiertas sonrisas, 
brisas y prisas, 
un te quiero por tu lado hiriente, 
por tu lado bueno, 
por tu lado torpe y también de frente un te quiero. 
Un te quiero como para dormir en tu pecho, 
para acompañarte a un concierto, 
para enfadarme contigo y besarte en silencio. 
Un te quiero como para pisar hojas secas en un día de noviembre, 
o saltar charcos bajo la lluvia en abril, 
como para abrir un regalo en diciembre, 
y no, no un te quiero para San Valentín. 
Un te quiero como yo quiero, así de simple y sincero. 

Hoy es buen día para decirlo, 
que no hay vergüenza que esconder, 
el orgullo no lo impide, 
tampoco el miedo, 
qué le vamos a hacer. 
Te quiero para alegrarte el día, 
porque así tiene que ser. 
Te quiero aunque sea difícil de entender, 
pero yo quiero así y así creo que se debe querer. 
Sin motivos, sin flores, sin condiciones, sin ataduras, sin explicaciones y sin reproches. 
Te quiero como se quiere a lo que no se debe querer."

jueves, 2 de junio de 2016

Sibarita

Que sibarita me he vuelto.
Me gustan los regalos caros.
Que si un beso robado. 
Que si una carta escrita a mano.
Que si un "vuélvete estoy  detrás de ti" que te dicen por teléfono cuando crees que estas súper lejos.
Que si una canción, nuestra.
Que si una nota, un beso en la frente después de apartar mis mechones de la cara.
Que si un paseo por Madrid, un paseo en bicicleta...
Esos, para mí son los regalos más caros que hay. 
Los que producen sonrisas que valen tantos quilates, que tienen precios desorbitada mente prohibidos.
Me gusta el desorden.
El desorden de tu pelo, y tú mirada.
Enfocando tus ojos a mis labios.
El desbarajuste que tiene tu cabeza, tu mente, eso que provoca que sonría.
Que si, lo sé, me he vuelto muy sibarita.


Eres uno de esos.

Eres uno de esos.
De esos niños que te cruzas y te hacen replantearte muchas cosas.
De esos que llevan el pelo desarreglado y barba de semanas.
Niño que folla abrazado, aferrado a mi esperanza.
Es de los que se emociona si les mando un "quedamos donde siempre?"
Niño de los que se tapan la cara después del polvo más salvaje.
Esbozando ansiosamente una sonrisa y mirada tímida, que expresa el "te quiero" más sincero de todos.
Es de los que se levanta cuando el mundo no está aún en marcha, cuando las calles aún no están preparadas.
Y contémpla desde la ventana de mi habitación, la seguridad que tiene de comerse el mundo tan bien como yo le como la boca.
Es de los que si desaparecen, quedan hueco.
Un hueco que parece más bien un cráter enorme.
Es de los que hace perder la cabeza.
Pero jamás, la esperanza.